jueves, 22 de octubre de 2015

Uso compulsivo de internet. Afecta a jóvenes… ¡y a adultos también

El uso compulsivo de internet puede degenerar en una enfermedad mental ya catalogada internacionalmente. Como otras de su tipo, altera los procesos cognitivos y afectivos, modifica el comportamiento y la adaptación a la realidad. Cyber-bullying, sexting, cyber-sex y cyber-infidelity son términos cada vez más frecuentes en nuestro vocabulario, pero la sociedad aún no cuenta con las herramientas suficientes para enfrentarlos.
Hoy el internet es punto de reunión para crear nuevas relaciones y fortalecer las existentes. Las redes sociales son un parteaguas en la forma de comunicarnos, aunque dan la impresión de que alejan a los que están cerca y aproximan a los geográficamente lejos. Con base en su experiencia a través de casos que atiende día a día, el psiquiatra Manuel Sánchez de Carmona identifica las señales que indican un uso compulsivo de medios relacionados con internet y sus consecuencias en jóvenes y en adultos.

¿Cómo influye la dinámica de las comunidades online en las relaciones humanas?
La tecnología nos superó y herramientas como las redes sociales surgieron tan rápido que nos falta tiempo para reflexionar sobre su uso más efectivo.
Sin duda, estos vínculos son positivos en las áreas de negocio y comunicación entre instituciones. Ofrecen muchas ventajas: rapidez, reducción de costos… pero, al transportarlos a la vida personal y las relaciones humanas, surge la duda de si son un avance o un deterioro. Permiten el reencuentro entre personas que perdieron contacto, pero también generan que muchas prefieran una relación online en lugar de disfrutar de una en la vida real.

¿Quiénes se inclinan más a este tipo de relación, jóvenes o adultos?
En el ámbito social, sin duda los jóvenes utilizan mejor y más rápido los medios electrónicos. Ahora, como médico psiquiatra he encontrado que las mujeres entre treinta y cuarenta años, agotadas por su vida de madres y con poco tiempo de calidad en pareja, están demasiado pendientes del Facebook. Es sorprendente el número de conflictos e infidelidades que veo en mujeres de esa edad a través de las redes.
Hay que recordar que la psicología femenina, a diferencia de la masculina, es mucho más social y emotiva; ellas tienen mayor tendencia a crear lazos a través de WhatsApp, Facebook o Twitter, lo cual es riesgoso. Por ejemplo, en muchas ocasiones una persona que busca por Facebook a su expareja termina por desenterrar historias que habían terminado.

¿Qué motiva a preferir una relación online sobre una en la vida real?
Las razones varían de acuerdo a la edad; a grandes rasgos, veo dos grupos. En el primero, predominan jóvenes cuya adaptación social es deficiente, ya sea por complejos físicos, problemas de interrelación, autoestima baja o que no consiguen una pareja. Se refugian donde sienten que no son juzgados; muchas veces inventan su personalidad y se describen con características físicas, de edad y hasta de género distintas a las reales.
En el segundo grupo se encuentran adultos –principalmente mujeres– insatisfechos con su vida en pareja y, que por alguna razón, se sienten prisioneros de una rutina diaria o de una exigencia, laboral o doméstica muy fuerte. La red representa un escape. Primero se mantiene contacto con un «amigo imaginario», la interacción es tal que termina por convertirse en una relación sentimental.
En el matrimonio surge la pregunta de si estas circunstancias se consideran infidelidad o no, aunque no se haya dado contacto físico. Yo sí lo considero un tipo de engaño. La persona tiene una conversación rutinaria, amplia y muchas veces íntima con alguien que no es su cónyuge, quien, obviamente, no lo sabe. La persona está experimentando una satisfacción, que, de una u otra manera, debería resolver con su pareja.
Mi recomendación es que en las relaciones no exista nada oculto, lo que incluye compartir las contraseñas de su Facebook o Twitter.

¿Se puede considerar que quien gusta de tales romances padece una enfermedad?
Como enfermedad per se es complicado, pero definitivamente quien busca un romance online es una persona insatisfecha, poco adaptada a su entorno y que persigue un escape.
Muchas de estas «aventuras» revelan una naturaleza adictiva que los involucrados no pueden frenar. He visto historias en las que un individuo, al estar bajo mucho estrés o en una situación personal complicada, desarrolla una relación de este tipo y la usa como una salida que se transforma en la ilusión de sus días.

        EL MAL USO DEL INTERNET Y COMO                                  AFECTA EN LA EDUCACIÓN


RESUMEN: Como lo vemos en el titulo “EL MAL USO DEL INTERNET Y COMO AFECTA EN LA EDUCACIÓN” nos referimos a como el uso del Internet puede afectar en  torno a la vida personal y académica de un estudiante, que por lo general es mas frecuente en un nivel medio superior y superior, esta investigación se basara en como el uso del Internet puede no ser tan productivo para la vida académica de un estudiante, como diversos sitios de navegación suelen ser una distracción para el alumno.
INTRODUCCIÓN: Cabe mencionar que el Internet es uno de los avances tecnológicos mas importantes en todo el mundo. Cuando hablamos de Internet hablamos de un mundo globalizado lleno de información y facilidades de estudio y trabajo.  Son indiscutibles las numerosas posibilidades y ventajas que ofrece el uso de Internet en todos los ámbitos. Sin embargo, no se deben ignorar los peligros y riesgos que puede conllevar el hacer un mal uso del mismo, sobretodo en sectores de la población especialmente influenciables o vulnerables como pueden ser los niños, los adolescentes o las personas con determinados problemas psicológicos.
Muchas de las investigaciones que se han hecho sobre este tema, se relacionan en torno a que las Redes Sociales son el principal factor que influye en el mal uso de esta herramienta.  Mas adelante veremos el rezago que esta dejando este medio a la educación, como podemos evitarlo y como hacer conciencia en los jóvenes sobre esta problemática.
DEBATE:
Nadie duda de la importancia de las TIC en todos los ámbitos de nuestra sociedad. Nadie duda por tanto, de la necesidad de la extensión de las nuevas tecnologías al ámbito escolar. Éstas pueden suministrar medios para la mejora de los procesos de enseñanza y aprendizaje, para la gestión de los centros educativos y para la comunicación con las familias.
Pero la mera presencia de un ordenador conectado a Internet en clase no garantiza un adecuado aprovechamiento del mismo, pese a que sus posibilidades sean infinitas. Partamos de la premisa de que las TIC no tienen efectos mágicos sobre el aprendizaje, ni generan automáticamente nuevos saberes.
Se puede pensar que los errores en el enfoque de la cuestión parten de dos direcciones distintas: el profesorado y el alumnado. De un lado de la escasa preparación del profesorado y su resistencia a un cambio metodológico más acorde con los tiempos  y por otra del hecho de que los alumnos, aunque más hábiles desde el punto de vista cibernético, identifican un ordenador tan sólo con el ocio, ya que lo utilizan solo jugar o chatear, y no como un instrumento de trabajo.
Un mal uso de Internet en clase puede derivar en distracciones y dispersión del alumnado que a veces se dedica a jugar en vez de trabajar. Ello es debido a que la navegación por los atractivos espacios de Internet, inclina a desviarse de los objetivos de su búsqueda. Se pierde entonces mucho tiempo en realizar las tareas y se divaga. Por este motivo, para no perder tiempo el profesor ha de planificar escrupulosamente las clases: tareas, tiempos, agrupamientos, proceso de trabajo y evitar así la improvisación en el aula.
Además hemos de contar con el hecho de que no todos los alumnos saben buscar con criterio en Internet…el exceso de información disponible, su dispersión y presentación atomizada, falta de método en la búsqueda…pueden provocar una sensación de desbordamiento que bloquee el trabajo intelectual. A ello hemos de sumar el hecho de que circulan por Internet informaciones no fiables y de escasa calidad, por ser éstas parciales, superficiales, equivocadas, obsoletas o des contextualizadas. Por ello es preciso enseñar al alumno a seleccionar con criterio la información y a filtrar las fuentes fiables.
Redes Sociales: Llamamos redes sociales a Hi5, Facebook, entre otras en donde el usuario se registra y brinda información personal.
En sí mismas, las redes sociales no son malas, y pueden llegar a ser beneficiosas para cultivar la amistad, estar al día de lo que hacen tus amigos, y pertenecer a grupos con gustos e intereses parecidos a los nuestros.
Existen diversos peligros en las redes sociales los cuales son menos difundidos, ya sea porque se manifiestan de manera más sutil o porque son menos nocivos. En este caso mencionaremos el tiempo que ocupamos en el uso de estas redes y su repercusión en el rendimiento escolar.Algunas organizaciones como “Generaciones Interactivas”, especializadas en el estudio de los usos que los más jóvenes hacen de internet, previenen en algunos de sus informes sobre la relación entre uso de las redes sociales y rendimiento escolar.
Así, en su última publicación, Las redes sociales en la vida de tus hijosse señala que 4 de cada 10 adolescentes reconoce que estar conectados a redes sociales les resta tiempo para estudiar.  Además, los adolescentes que utilizan redes sociales tienen un menor índice de lectura y le conceden menos valor entre sus opciones de ocio hasta el punto de relegarla al nivel de obligación, en lugar de considerarla un placer.
Las redes sociales no son negativas en el ámbito escolar, sin embargo, un uso descontrolado de las mismas puede incidir en un menor rendimiento escolar y este derivar en malas notas, suspensos y el temido fracaso escolar.
CONCLUSIONES: A grandes rasgos, el uso que hace un adolescente de internet puede ser problemático cuando el número de horas de conexión afecta al correcto desarrollo de su vida cotidiana, causándole, por ejemplo, estados de somnolencia, alteraciones en su estado de ánimo o una reducción significativa de las horas que dedica al estudio o a otras obligaciones. Además, una escasa atención por parte de los padres puede dejarles vía libre para acceder, sin ningún control ni vigilancia, a determinadas páginas inadecuadas para su nivel de madurez. Si disponen de ordenador en casa y éste no tiene activados los filtros que limiten el acceso a determinadas páginas de información, los niños y adolescentes pueden encontrarse, accidental o intencionadamente, contenidos, servicios y personas no siempre fiables ni aptas para su edad. Para finalizar hacemos un llamado a los jóvenes Que tenga responsabilidad acerca de lo que hacen, que piensen que son lo suficientemente maduros y racionales para saber que les conviene y que no.